El presidente de Brasil, Michel Temer, decretó este viernes la intervención de las Fuerzas Armadas para enfrentar el desabastecimiento del país y liberar las rutas bloqueadas desde hace cinco días por camioneros que rechazaron el cumplimiento de un acuerdo con las asociaciones empresariales de transportistas para reducir el precio del gasoil.

“No permitiremos que la población se quede sin los productos de primera necesidad, no
permitiremos que los consumidores se queden sin productos, no vamos permitir que los
hospitales se queden sin insumos para salvar vidas”, dijo Temer por cadena nacional.

Este sábado el país se encontró en una inédita situación de caos: el aeropuerto de Brasilia dejó de operar por falta de combustible, que se agotó en todas las capitales de los estados brasileros e incluso llegó a paralizar a San Pablo, la mayor ciudad de Sudamérica, declaró el estado de emergencia para poder actuar por decreto y adquirir alimentos directamente.

Entre los cientos de miles de camiones que hicieron más de 900 bloqueos parciales de rutas la única expresión política era “intervención militar ya”, una frase identicada
con el candidato presidencial Jair Bolsonaro, un diputado ultraderechista.

La protesta iniciada el lunes pasado con piquetes de ruta y cese de entregas de las mercaderías fue contra el aumento del 58% que en las últimas semanas sufrió el gasoil, luego de que Petrobras eliminara todas las regulaciones para las variaciones de precio, en un intento de guiño hacia los inversores de la empresa estatal de capital abierto.

El decreto de Temer permite a los militares y policías invadir los camiones que están detenidos en los márgenes de las rutas y conducirlos a su destino, por ejemplo, estaciones de servicio o supermercados.