Más de 100 personas asistieron al evento que se considera el primer paso de Albergo Ético en Carlos Paz, una experiencia laboral para jóvenes con síndrome de down que surgió en Italia y se está extendiendo a distintos países en el mundo.

Lucía Torres, su impulsora en Carlos Paz, organizó un té a beneficio del proyecto que se concretó este sábado en el Hotel El Cid. Fue un primer paso de un gran desafío que será conseguir el hotel para desarrollar esta iniciativa.

En este evento, hubo dos mozos que llegaron desde Buenos Aires, Axel y Agustín; cuatro desde Córdoba que ayudaron al chef Carlos Danielli en la preparación de las tortas y en la atención de las mesas.

Las chicas Sol y Cami de cordoba y Melisa, de Carlos Paz, desfilaron con las modelos y en la musicalización estuvo Gabriel Panero.

“Fue una verdadera experiencia de convivencia, una proyeccion de la sociedad soñada: todos en un mismo espacio pudiendo expresar sus potencialidades, en respeto y armonia”, expresó Lucía Torres que agregó: ” Ellos pueden cambiar el mundo, son la unidad el amor incondicional. Sin dudas dándoles los espacios que merecen nos hacen mejores personas y así seremos una mejor sociedad por ende un mejor mundo para todos”.

Ahora, el desafío principal es buscar un lugar para que esta iniciativa toma impulso en Villa Carlos Paz, que se transformaría en la primera de Sudamérica en tener un hotel de este tipo en funcionamiento.

¿Qué es Albergo Ético?

En marzo pasado estuvo en Carlos Paz Mauro Dagna, un trotamundos italiano que recorre el globo en su motocicleta con el objetivo de divulgar la propuesta de Albergo Ético, que busca la integración laboral de jóvenes con síndrome de Down en la industria de la hotelería y la gastronomía.

El proyecto surgió en la localidad italiana de Asti a partir de la experiencia laboral de Nicolo, un joven con síndrome de down.  “Al restaurante del hotel llegó un día Nicolo, de 16 años y con síndrome de Down, para hacer una pasantía de trabajo por 15 días”, contó Dagna al diario La Voz del Interior. “El dueño se da cuenta de que al chico le gusta el trabajo y que aprende. Habla con la familia para que siga trabajando como mozo y ayudante de cocina. A los tres años, Nicolo se diplomó en la Escuela de Turismo y el dueño del restaurante lo contrató como mozo efectivo”, agregó.

Luego de esa experiencia se montó un hotel-escuela en la que los chicos hacen labores de  mozos, cocina, limpieza y atención de turistas.

Para los hacedores de esta propuesta y para los clientes del hotel de Asti todos los días la metodología de trabajo resultó revolucionaria. La integración es fundamental y la capacitación de los jóvenes trabajadores que llegan al lugar a hacer su instrucción les otorga herramientas para seguir adelante en sus lugares de origen.

En Carlos Paz,  Alberto Ético abrió una cuenta bancaria para que quienes quieran apoyar el proyecto puean hacerlo donando fondos para su desarrollo.