La localidad mallorquina de Sant Llorenç des Cardassar, de unos 8.000 habitantes, se encuentra este miércoles anegada y devastada después de que una descomunal tormenta descargara el martes por la tarde 220 mm en apenas dos horas.

La tromba en Sant Llorenç, en el este de la isla de Mallorca, a unos 60 kilómetros de Palma, ha dejado hasta el momento nueve personas fallecidas, otras seis desparecidas, tres heridas y más de 200 vecinos desalojados.

La intensidad de la tormenta provocó el desbordamiento del torrente de Ses Planes, habitualmente seco, que arrasó con el casco urbano arrastrando decenas de coches, inundando casas y dejando a centenares de vecinos atrapados en sus domicilios.

“A medida que vayan despejando los coches a la luz del día, puede que se encuentre a alguno de los desaparecidos”, ha declarado Catalina Cladera, consellera de Hacienda y Administraciones Públicas, a la SER, donde ha calificado el panorama de “devastador”. “No nos lo esperábamos, el aviso pasó de amarillo a naranja en poco tiempo. El torrente estaba en condiciones, pero ha caído una cantidad de agua demasiado grande en muy poco tiempo”, ha afirmado Cladera.

“Vimos con impotencia que no podíamos controlar el agua”, ha explicado la teniente de alcalde. “Sabíamos que si seguía así pasaría un desastre, pero esto no se puede describir sin vivirlo”, ha añadido Bauza, que ha subrayado que “la máxima prioridad es socorrer a las víctimas, la situación es desastrosa”. “Estamos intentando localizar supervivientes y socorrer a la gente. Está todo inundado y la gente no puede salir de sus casas”, ha descrito.